ACUPUNTURA y MEDICINA TRADICIONAL CHINA
La Acupuntura es una de las técnicas que emplea la Medicina Tradicional China.
Consiste en introducir unas finas agujas en lugares específicos del cuerpo con el objetivo de equilibrar y armonizar al ser humano, alcanzando así el estado de salud necesario para que la persona tome el sentido adecuado de su existencia.
Apareció en China hace más de 4.700 años y aunque está ampliamente difundida por todo el mundo, fue el pueblo Chino el que sistematizó su transmisión y enseñanza.
Establecen que el planeta en el que vivimos, forma parte del sistema solar, con el cual hay una interacción y una interdependencia muy estrecha, tanto es así que la Tierra sigue los ritmos que marca su estrella madre; El Sol y este, los de la galaxia a la cual pertenecemos, la cual se mueve en base a otras referencias estelares. Todos estos movimientos, actúan sobre el planeta tierra y sobre todos los seres que viven en el, incluidos el hombre y la mujer.
Consideran que el ser humano forma parte del planeta en el que nos ha tocado vivir; su organismo está diseñado para seguir a la perfección, todos y cada de sus ritmos (día, noche, primavera, verano, otoño, invierno, etc.). Si se respetan estos ritmos de la naturaleza (planeta), la vida es saludable y larga. Si no se respetan, la enfermedad hace acto de presencia.
La llamada enfermedad, es una drástica “alerta” que tiene el ser humano como llamada de atención, para recordarle, que debe rectificar en determinados aspectos de su vida, porque se está apartando de su autentico camino y ritmo. La vuelta al mismo, le llevará a la sanación, aunque es muy posible que con secuelas, para que recuerde su anterior extravío.
La Medicina Tradicional China, a través de la acupuntura, moxibustión, ventosas, martillo de 7 puntas, etc. Tiene la capacidad de sanar, sintonizar y armonizar al ser humano con las energías del planeta, de la luna, del sol y de las estrellas. Lo hace a través de unos canales situados en el cuerpo por los que circula la energía que nos mantiene vivos. En ellos, hay unas estancias de luz llamadas “resonadores” o puntos de acupuntura, que atienden a un nombre propio y que activados de la manera precisa por el médico, llevan al paciente al estado de salud.
Al tener una visión diferente de la enfermedad, el abordaje también es distinto, el tratamiento es completamente individualizado para cada persona, puesto que lo que hacemos es tratar a esa persona enferma en concreto dependiendo de cómo esté su sistema energético.
Según la Organización Mundial de la Salud, es efectiva en más de 100 enfermedades distintas. Las más frecuentes son las que causan dolor, como neuralgias, jaquecas, lumbalgias, ciáticas, hombro doloroso, reumatismos, artrosis, reglas dolorosas etc.
También es muy frecuente tratar alergias, asma, gastritis y otros problemas digestivos, vómitos de la embarazada, mala posición del feto, parto laborioso, escasez de leche, secuelas emocionales tras el aborto, mareos, vértigos, Stress, ansiedad, angustia, problemas de audición y otras muchas enfermedades.
Mediante la exploración física y la toma del pulso, el médico establece un diagnóstico y actúa con el tratamiento que considera mas adecuado para ese paciente en concreto, llevándole a través del equilibrio y de la armonía de su sistema energético hacia la sanación y a la recuperación del sentido de la existencia de esa persona.
Las agujas que se colocan, están estériles, son completamente indoloras, aunque en determinadas personas muy sensibles, pueden sentirlas un poquito, pero perfectamente tolerable, en muy contadas ocasiones, se puede sentir la sensación de un pequeño calambre o hematoma sin consecuencias. El tiempo que permanecen puestas dependen de la estación del año, de la edad, complexión física de la persona y enfermedad.
Se tratan personas de todas las edades, desde bebés hasta ancianos, a cada una de manera diferente e individualizada.
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